
Como para demostrar que la fotografía es subjetiva, vale esta foto como prueba. La toma fue hecha en la basílica de Luján, en la última peregrinación y corresponde a la confesión de los peregrinos y algunos extenuados al límite se dejaban caer por el agotamiento de la marcha. Tal vez a muchos pueda parecerle una irreverencia el título de la foto. Pero saliendo de la solemnidad y con sentido del humor, creo que se muestra el sentido de la subjetividad.
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